Cambios físicos
El embarazo conlleva muchos cambios físicos para la mujer. Los más comunes son:
- Aumento de peso: Es normal aumentar entre 10 y 12 kilos durante el embarazo, aunque esto puede variar. El aumento de peso ayuda al desarrollo del bebé y prepara el cuerpo de la madre para la lactancia.
- Náuseas matutinas: Las náuseas y vómitos matutinos son comunes durante el primer trimestre. Se cree que es por los cambios hormonales. Generalmente desaparecen después del primer trimestre.
- Cansancio: Es común sentir más cansancio durante el embarazo. Esto se debe en parte a los cambios hormonales y al esfuerzo extra que hace el cuerpo. Es importante descansar lo suficiente.
- Cambios en el cuerpo: El cuerpo experimenta muchos cambios para adaptarse al embarazo. Los senos aumentan de tamaño y pueden ser más sensibles, la cadera se ensancha, y la piel y el cabello pueden cambiar. También es común tener más gases y estreñimiento.
Estos cambios físicos son normales durante el embarazo. Informarse y cuidarse puede ayudar a sobrellevarlos. Con una buena alimentación, descanso y ejercicio se pueden manejar mejor los malestares físicos.
Cambios emocionales
El embarazo conlleva grandes cambios emocionales para la mujer debido a los cambios hormonales que ocurren en su cuerpo. Las fluctuaciones en los niveles de hormonas como el estrógeno y la progesterona pueden provocar cambios de humor, ansiedad y en algunos casos depresión.
Durante el embarazo, los niveles de estrógeno y progesterona aumentan sustancialmente. El estrógeno está asociado con la regulación del estado de ánimo, mientras que la progesterona puede tener un efecto relajante. Los cambios rápidos en estos niveles hormonales pueden afectar el estado de ánimo y causar irritabilidad, ansiedad, llanto y tristeza. Muchas mujeres embarazadas experimentan altibajos emocionales y sensibilidad debido a estos cambios.
La ansiedad durante el embarazo es común. Las mujeres pueden sentir ansiedad sobre su salud, la salud del bebé, el parto, los cambios en su vida y en su cuerpo. Los miedos y la incertidumbre sobre el futuro pueden agravar la ansiedad. La ansiedad leve es normal, pero la ansiedad severa debe tratarse con ayuda profesional.
La depresión también puede ocurrir durante el embarazo, afectando hasta al 23% de las mujeres gestantes. Los factores de riesgo incluyen antecedentes de depresión, falta de apoyo social, embarazo no planeado y problemas económicos o de pareja. Los síntomas pueden incluir tristeza profunda, llanto, desinterés en actividades, cambios en el apetito y el sueño. La depresión no tratada puede afectar la salud de la madre y del bebé, por lo que es crucial buscar ayuda profesional si se presentan estos síntomas.
Con apoyo familiar, actividades relajantes, ejercicio moderado y un estilo de vida saludable, muchas mujeres pueden manejar los cambios emocionales del embarazo. Pero aquellas con síntomas severos deben buscar la orientación de su médico. La depresión prenatal es tratable y pedir ayuda no debe verse como un signo de debilidad.
Complicaciones
El embarazo puede traer consigo algunas complicaciones que requieren atención médica. Las más comunes son:
Preeclampsia
La preeclampsia es un trastorno hipertensivo que aparece durante el embarazo. Los síntomas incluyen presión arterial alta, exceso de proteína en la orina y otros problemas. Si no se trata puede poner en riesgo la salud de la madre y el bebé.
Diabetes gestacional
Esta es una forma de diabetes que se desarrolla durante el embarazo en mujeres que no tenían diabetes antes. Puede controlarse con dieta, ejercicio y en algunos casos insulina o medicamentos. Si no se atiende puede ocasionar complicaciones en el parto.
Sangrado
Algún grado de sangrado durante el embarazo es normal, pero un sangrado excesivo puede indicar problemas como un embarazo ectópico, aborto espontáneo, desprendimiento de placenta, placenta previa u otros. Requiere evaluación médica para identificar la causa y posible tratamiento.
Es importante que la mujer embarazada esté pendiente a cualquier síntoma anormal y acuda al médico de inmediato. Con el cuidado adecuado la mayoría de las complicaciones pueden manejarse para llevar un embarazo saludable.
Parto
El parto es una parte natural del embarazo, pero también puede generar ansiedad por el dolor y los posibles riesgos. Existen diferentes tipos de parto:
Tipos de parto
- Parto vaginal: El bebé nace a través del canal vaginal. Es el tipo de parto más común. Puede ser espontáneo o inducido.
- Parto por cesárea: El bebé nace a través de una incisión quirúrgica en el abdomen y el útero. Se recomienda cuando hay complicaciones o riesgos en el parto vaginal.
- Parto instrumental: Se utilizan instrumentos como fórceps o ventosas para facilitar el parto vaginal. Se emplea cuando el bebé tiene dificultades para nacer de forma natural.
Dolor en el parto
El dolor en el parto se debe a las contracciones uterinas y a la dilatación del cuello uterino. La intensidad del dolor varía en cada mujer. Algunas formas de aliviar el dolor son:
- Ejercicios de respiración y relajación
- Cambios de posición
- Masajes en la espalda
- Baño caliente
- Anestesia epidural
Riesgos en el parto
Algunos de los principales riesgos son:
- Sufrimiento fetal
- Desgarros y laceraciones
- Hemorragias
- Infecciones
- Parto obstruido o prolongado
Es importante acudir rápidamente al hospital ante cualquier señal de complicación para que el personal médico pueda actuar a tiempo. Con los controles prenatales y el seguimiento médico adecuado, muchos riesgos pueden prevenirse o detectarse tempranamente.
Posparto
El posparto es el periodo que comienza inmediatamente después del parto y se prolonga hasta las 6 semanas posteriores. Es un periodo de grandes cambios físicos y emocionales para la madre.
Recuperación física
Después del parto, el útero de la madre comienza un proceso de reducción de tamaño que puede durar varias semanas. Se producen loquios, un flujo vaginal de sangre, tejidos y líquido que puede durar de 2 a 6 semanas.
Muchas mujeres experimentan dolor perineal, especialmente después de un parto vaginal. El uso de compresas frías, una almohadilla higiénica y analgésicos puede aliviar la molestia.
Otros cambios físicos incluyen estreñimiento, hemorroides, calambres uterinos al amamantar, cambios en los senos, molestias al orinar, sudoración nocturna, caída del cabello y pérdida de peso. La actividad física ligera y una dieta balanceada pueden ayudar con la recuperación.
Lactancia
Amamantar proporciona importantes beneficios nutricionales y de salud para el bebé, además de facilitar el vínculo madre-hijo. Sin embargo, muchas mujeres encuentran desafíos con la lactancia como dolor en los pezones, obstrucción de conductos, mastitis o producción insuficiente de leche. Contar con educación, apoyo y asesoramiento sobre técnicas de amamantamiento puede ayudar a tener una experiencia positiva.
Depresión posparto
Muchas mujeres experimentan cambios emocionales después del parto, que pueden incluir tristeza, ansiedad, labilidad emocional, cambios en el apetito y alteraciones del sueño. En algunos casos esto puede evolucionar a una depresión posparto, que requiere tratamiento profesional. Buscar apoyo de pareja, familiares y grupos de pares, además de descansar y cuidarse, es fundamental para sobrellevar estos cambios.
Bebé prematuro
Un bebé prematuro es aquel que nace antes de la semana 37 de gestación. Los bebés prematuros suelen necesitar cuidados intensivos.
Causas
Hay varias causas que pueden llevar a un parto prematuro:
- Infecciones o enfermedades maternas
- Problemas de salud de la madre como diabetes o presión alta
- Embarazo múltiple
- Anormalidades en la placenta
- Factores externos como el estrés o el consumo de tabaco
A veces, la causa del parto prematuro es desconocida. Es importante que la madre reciba atención prenatal para detectar y tratar posibles complicaciones a tiempo.
Complicaciones
Los bebés prematuros corren mayor riesgo de sufrir complicaciones de salud como:
- Problemas respiratorios
- Ictericia
- Hipotermia
- Problemas para alimentarse
- Infecciones
Cuanto más prematuro sea el bebé, mayores complicaciones puede sufrir, especialmente con los pulmones y el cerebro que aún están en desarrollo.
Cuidados intensivos
Los bebés prematuros suelen necesitar cuidados intensivos dependiendo de cuán prematuros sean y sus complicaciones específicas. Algunos de los cuidados comunes son:
- Incubadora para regular la temperatura
- Monitores para chequear signos vitales
- Respirador para ayudar a respirar
- Sonda nasogástrica para alimentación
- Fototerapia para tratar ictericia
- Antibióticos para prevenir infecciones
- Cuidados de enfermería 24/7
El equipo médico observa de cerca al bebé prematuro para detectar cualquier complicación y brindar el tratamiento necesario. La duración de la estadía en cuidados intensivos depende de la evolución de cada bebé.
Apoyo familiar
Tener un buen sistema de apoyo alrededor tuyo es esencial durante el embarazo y el posparto. Tu pareja, familia y amigos cercanos pueden ayudarte de muchas maneras, tanto prácticas como emocionales.
Participación de la pareja
Es importante que tu pareja participe activamente durante el embarazo. Asistir juntos a las citas prenatales, a las clases de preparación para el parto, leer libros y artículos sobre el embarazo, etc. Ayuda a que se sienta parte del proceso.
Anímalo a que exprese sus miedos, dudas o inseguridades sobre la llegada del bebé. Un embarazo puede ser tan estresante para el padre como para la madre. Escucha sus preocupaciones y encuentren juntos soluciones.
También pídele ayuda con las tareas del hogar o delega responsabilidades si te sientes sobrecargada. El cansancio y las molestias físicas en el embarazo son normales, no tengas miedo en pedir un descanso.
Familia extendida
Aunque no vivan cerca, mantén informados a tus padres, suegros y familiares cercanos sobre tu embarazo. Comparte ecografías, ideas para el cuarto del bebé, registros de regalos, etc.
Si tienes hermanos/as con hijos, pídeles consejos sobre cosas prácticas como qué artículos son imprescindibles, trucos para dormir al bebé, resolver el llanto, etc. Su experiencia reciente puede ser de gran ayuda.
No tengas miedo en pedir ayuda a tu familia si la necesitas. Que te acompañen a citas médicas, te ayuden con el transporte si no puedes conducir, o te traigan comida si estás demasiado cansada para cocinar. Poder contar con tu familia en este proceso hará una gran diferencia.